martes, 11 de junio de 2013

Reflexión sobre lectura




Leer divirtiéndote


Por Jimena P. Mora
 

Leer se define como el proceso de percibir y comprender escritura, ya sea mediante la vista y el tacto. El hábito de la lectura debe fomentarse desde que los niños están en el vientre de su mamá, ya que desde esa etapa los bebés están escuchando todo lo que pasa a su alrededor  y, posteriormente, a partir del año de edad y hasta los 10, ya que en esta etapa de la vida los niños empiezan agarrarle amor a las cosas y comienzan con su aprendizaje.


Es entonces que los pequeños aprenden lo bueno y lo malo de la vida, es por eso que, si le enseñamos este hábito de la lectura, podrán tener una vida llena de éxitos y triunfos en el futuro, ya que siempre estarán informados y serán unas personas cultas, tendrán temas de discusión con diferentes personas, ya sea en el ámbito político, social, cultural, científico, económico, religioso etc.

Leer cuentos a los niños no sólo es un excelente método didáctico para inculcarles ciertos valores significativos en la vida como puede ser la amistad, la tolerancia, la gratitud, la constancia, el empeño, la compasión, la humidad etc. Leer cuentos resulta una actividad divertida que estrecha lazos entre padres e hijos. 

Por medio del juego, se puede atrapar la atención de los niños  y ellos mismos van desarrollando su  propia creatividad al imaginarse lo que su mamá les está leyendo. Para comenzar a fomentar este hábito, es importante que los padres lean los cuentos en un ambiente adecuado y agradable, a una hora propicia para que el menor le ponga atención y, así, él disfruta y se interesa más por la experiencia si su lector hace las entonaciones adecuadas según los personajes. 

Aunque la afición por leer difícilmente se adquiere en la edad adulta, no por ello las personas adultas deben rendirse; también tienen la oportunidad de fomentar el hábito, sólo es cuestión de querer superarse, estar informados de lo que sucede a su alrededor o incluso de lo que sucedió años atrás en el lugar que viven. 

Un claro ejemplo de esto soy yo. Desde que era pequeña me gustaban los cuentos, los veía porque no sabía leer, pero mis padres nunca me leyeron uno, ellos estaban ocupados en su vida y no tenían tiempo para mí, así que cambié los cuentos por los juguetes, fui creciendo y, si me regalaban un libro, me enojaba porque yo quería un juguete.

El libro lo abandonaba e incluso hasta las hojas le arrancaba y las rayaba para jugar con ellas y, en la escuela, fui poniéndole peros a la lectura y recuerdo que la maestra en la primaria siempre me ponía a leer porque dice que tartamudeaba mucho. Sabía que tenía que leer para algún examen o alguna tarea, pero al hacerlo obligada no podía entender lo que el texto me decía y eso claramente me aburría. 

En la actualidad, sí estoy fomentando el hábito de la lectura, todo esto gracias a que estoy estudiando la Licenciatura en Televisión y eso me lleva a leer más los periódicos a diario para así poder salir a la calle con la frente en alto, estar informada de lo que está pasando y así no me agarren algunos medios o políticos de bajada. Para esta carrera se necesita leer mucho y como yo amo esta profesión y quiero ser una de las mejores periodistas de México, me he propuesto leer.

Quiero terminar con unas frases que me gustan mucho y que a letra dicen: “Diviértete leyendo” y “La mejor forma de aprender es jugando”.