Reflexión: “Invictus”
Por: Toño
Sánchez Camacho
Una de las
bondades que posee el deporte es la capacidad de unir a un país entero, de
romper las barreras separatistas que tanto habitan hoy las sociedades del
mundo, de causar sentimientos puros entre las personas.
El mensaje que
la película “Invictus” (Dir. Clint Eastwood, 2009) deja es, sin lugar a dudas,
alentador y aleccionador: ¿Cómo Sudáfrica, tras el desmantelamiento
segregacionista del Apartheid, logró unificar masas y criterios, ideales y
razas, a blancos y negros?
Lo hecho por el
señor Nelson Mandela es digno de admirarse. Luego de pasar 27 años en prisión,
ya como presidente decide apoyar al equipo de Rugby “Springboks” (la selección
nacional de Sudáfrica), de cara al campeonato mundial que se celebraría en
territorio sudafricano en 1995. Ve en ello la oportunidad inmejorable de
unificar a una nación con severos problemas raciales.
Lo maravilloso
que tiene el deporte es eso, una innata capacidad de congregar multitudes, de
fungir como medio para conciliar grupos. Mandela, junto con Francois Pieenar
(capitán del equipo), no sólo logró ganar el mundial de Rugby ante Nueva
Zelanda de manera invicta; la verdadera victoria de Sudáfrica fue la
inspiración y unificación de un país que dejó atrás sus diferencias, celebró
abrazando al prójimo y cantó su himno al unísono.
¡Vaya victoria
la que tuvo Sudáfrica! ¡Deporte, no te mueras nunca! Gracias por existir.
Recomendación
La actualidad
mundial indica que muchos países, incluido México, padecen de total desunión
entre sus habitantes, cada quien vela por sus intereses, “no me meteré contigo
si tú no lo haces conmigo”, “yo sólo jalo agua para mi molino y que los demás
se jodan, no me importan”.
Si soy rico, no
le hablo a los pobres; si soy pobre, le robo a los que sí tienen; no le cedo el
paso al peatón, si le vas al América, eres naco, si eres Chiva, eres naco, si
votas por tal partido, eres un retrograda estúpido… Vivimos en un país lleno de
prejuicios absurdos en pleno siglo XXl, no cabe la menor duda.
Por eso, la
película “Invictus” debería ser vista de ley por todos nosotros. Lejos de
criticar al equivalente deportivo que sería la selección mexicana, el gran
mensaje que maneja el filme es unirse como una sola nación para salir adelante.
El deporte puede ser la válvula de escape necesaria para que, de una vez por
todas, seamos un solo México y no los estratos estereotipados de hoy.
Si aún no
pierdes la esperanza de vivir en un lugar mejor, ve la película. Si ya la
perdiste, igual, vela, el cambio empieza por uno, poniendo el ejemplo; tal vez,
así no tengamos que depender de un milagro del TRI para unirnos como mexicanos
y, si es así, más nos vale aprovechar, como lo hicieron los sudafricanos hace
18 años.